Nos dispusimos a viajar a cuba un grupo de amigos, pero decidimos hacerlo por nuestra cuenta, nada de agencias, nada de hoteles, nada de transporte concertado… totalmente a la aventura, bueno, total lo que se dice totalmente, no … me explico, uno de los componentes del grupo ya había estado allí el año anterior, así que teníamos contactos en la isla (afortunadamente), la idea era viajar allí pero no como turistas, sino para vivir el día a día del país, en el sentido de ver sus costumbres, su forma de vida, sin entrar en ideas políticas.
Bueno, la idea era ir 3 personas, pero en el último momento se unió una más… ya éramos cuatro, cuatro era un número perfecto, así nunca nos aburriríamos…
Teníamos que ver qué cosas se necesitaban, en si las cosas que uno necesita para viajar son muy pocas, pero dado el sitio al que viajábamos y las necesidades y carencias que tienen allí pues queríamos ser un poco útiles, así que nos dispusimos a meter en las maletas todo lo que cogía ropa, medicinas, comida, zapatos… un sinfín de cosas podíamos llevar hasta 40 kilos así que entre los cuatro eran 160 kilos de cosas, y eso fue lo que llevamos todo para dejarlo allí porque nuestras pertenencias personales las llevamos en el equipaje de mano.
Al hacer las maletas sabes que puedes meter hasta 40 kilos pero cuando llegas a Cuba solo te permiten entrar 30 kilos… ¿y eso como puede ser? Pues muy fácil… si llevas “diez kilos de más” los tienes que pagar a 10 euros por kilo, lo que quiere decir que si son 10 kilos son 100 euros “de impuesto revolucionario” (como nosotros lo llamamos) y si somos cuatro, las matemáticas no fallan 400 eurazos… ¿Qué hacemos? Nos preguntamos nosotros bueno teníamos varias opciones:
1. Llevar solo 30 kilos
2. Llevar los 40 kilos y pagar si nos paraban
3. Llevar los 40 kilos a ver si pasábamos sin que nos pararan y sin nos paraban empezar a desvalijar la maleta hasta que pesase 30 kilos.
Nos quedamos con la última… y eso fue lo que hicimos a ver si … había suerte
